Bruna Alexandre, la atleta paralímpica que brilla en los Juegos Olímpicos: «El deporte es el camino hacia la inclusión»
Rompiendo barreras y desafiando estereotipos, Bruna Alexandre, palista de tenis de mesa, está escribiendo una nueva página en la historia del deporte olímpico.
Bruna Alexandre, destacada jugadora de tenis de mesa de Brasil, ha logrado una hazaña histórica al convertirse en la primera atleta paralímpica de su país en competir en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en el mismo año. Esta proeza es fruto de años de esfuerzo, perseverancia y un sueño que parecía inalcanzable desde sus inicios en el deporte a los siete años.
Originaria de Criciúma, una ciudad en el sur de Brasil, Bruna perdió su brazo derecho poco después de nacer debido a un coágulo sanguíneo. No obstante, nunca permitió que su discapacidad definiera su vida. Cuando un entrenador local le sugirió unirse a las prácticas de tenis de mesa a las que asistía su hermano, Bruna se sintió atraída por el deporte de inmediato. «Al principio fue muy difícil sacar con un solo brazo, pero tras un año de práctica, me adapté y hoy mi saque es uno de los puntos fuertes de mi juego», recuerda con orgullo.
A los 13 años, Bruna descubrió el tenis de mesa paralímpico, abriéndose nuevas oportunidades y desafíos. Su debut en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 marcó el inicio de una carrera sobresaliente, que le ha permitido ganar cuatro medallas paralímpicas, incluidas dos en Río 2016 y Tokio 2020.
Inspirada por la polaca Natalia Partyka, quien fue la primera en competir en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en Pekín 2008, Bruna se propuso seguir sus pasos y logró clasificar para los Juegos Olímpicos de París 2024. En la capital francesa, Bruna y su equipo se enfrentaron a Corea del Sur, el equipo más fuerte del mundo, en la primera ronda. Aunque Brasil no avanzó más allá de los octavos de final, la actuación de Alexandre fue ampliamente reconocida.
«No obtuvimos el resultado que esperábamos, pero estamos muy contentos con lo que conseguimos. No nos rendimos hasta el final», comenta la atleta de 29 años.
El camino hacia este logro ha sido desafiante. Bruna recuerda las largas horas de entrenamiento sin garantías de éxito. «Fueron muchos años intentando. Sabía que sería muy difícil clasificar para los Juegos Olímpicos, pero lo logré y hoy estoy aquí realizando este gran sueño», expresa en una entrevista.
Su rutina de entrenamiento no solo incluye intensas sesiones de tenis de mesa, sino también actividades como el skate y la bicicleta para mejorar su equilibrio y condición física.
Una historia de superación
La trayectoria de Bruna es una poderosa historia de superación y determinación. Su participación en los Juegos Olímpicos es un testimonio de su habilidad y resistencia, y su presencia en París envía un mensaje de inclusión y esperanza.
«Estoy muy feliz de estar aquí y de poder representar a todas las personas con discapacidad de mi país y del mundo. Creo que esto puede abrir muchas puertas», asegura Alexandre, destacando la importancia de la inclusión en el deporte.
Con los Juegos Paralímpicos a la vista, Bruna tiene grandes expectativas. Aspira a ganar su primera medalla de oro individual en París, donde competirá del 28 de agosto al 8 de septiembre. «Las mayores expectativas de medalla están en los Juegos Paralímpicos. Espero lograr mi primer oro individual y demostrar que la inclusión es posible en todos los niveles del deporte», afirma.
Bruna ha demostrado que los sueños, por más inalcanzables que parezcan, pueden hacerse realidad con trabajo y dedicación. «Nunca renuncies a tus sueños, sin importar si tienes una pierna o un brazo. Cree que todo es posible», concluye, mirando con optimismo hacia un futuro donde la inclusión sea la norma y no la excepción.
Su historia no solo inspira a otros atletas con discapacidades, sino que también desafía las percepciones sobre lo que es posible en el deporte y más allá. La participación de Bruna en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos simboliza un avance significativo hacia una mayor inclusión y equidad en el deporte, mostrando que la determinación y el talento pueden superar cualquier barrera.
En el bullicio olímpico de París, Bruna Alexandre se erige como un faro de esperanza y un ejemplo de lo que significa nunca rendirse. Su viaje es un recordatorio de que, con el apoyo adecuado y la actitud correcta, cualquier sueño puede hacerse realidad.
«Espero que algún día esto sea algo común en el mundo: una persona con discapacidad compitiendo contra alguien con todos sus miembros, independientemente de su discapacidad», dice Alexandre, mirando con optimismo hacia un futuro más inclusivo tanto en el deporte como en la sociedad.