Ni Berellín ni Oyambre: descubre la playa más bonita y con piscinas naturales únicas en Cantabria.
Entre las joyas menos conocidas del litoral cántabro, se encuentra una playa que destaca por su singularidad y belleza inigualable, lejos del bullicio turístico. Cantabria, con su costa impresionante y paisajes de ensueño, es un destino que encanta a cualquiera que lo visite. Sus playas, rodeadas de acantilados y naturaleza, son un verdadero tesoro.
Una de esas maravillas es la Playa de Arnía, un rincón mágico que, aunque no goza de la misma fama que otras playas de la región, ofrece una experiencia única. Con piscinas naturales formadas por la erosión de sus rocas, este lugar se convierte en un destino ideal tanto para los locales como para quienes buscan descubrir rincones menos concurridos de la costa norte.
Ubicada en el municipio de Piélagos, la Playa de Arnía es un claro ejemplo de la diversidad natural que caracteriza a Cantabria. Su entorno, dominado por impresionantes acantilados y formaciones rocosas, crea un paisaje dramático y único que contrasta perfectamente con la arena dorada y el intenso azul del mar Cantábrico.
Este paraíso escondido es perfecto para aquellos que buscan disfrutar de una playa tranquila, rodeada de belleza natural, y alejarse de las multitudes que suelen concentrarse en lugares más turísticos como Berellín u Oyambre.
Un paraíso en Cantabria: la Playa de Arnía
Lo que realmente distingue a la Playa de Arnía son sus espectaculares piscinas naturales. Formadas a lo largo de los años por la erosión, estas zonas de agua tranquila son ideales para nadar y explorar, especialmente durante la marea baja. Además, ofrecen un entorno perfecto para refrescarse mientras se descubre la rica fauna marina que habita en ellas.
Con apenas 200 metros de ancho, esta playa de arena fina y dorada está rodeada de un paisaje imponente, incluyendo los famosos islotes rocosos conocidos como los Urros de Liencres, que son uno de los iconos de la zona. Durante la marea baja, incluso es posible acceder a estos islotes desde la misma playa.
Situada en la costa cercana a Santander, y a unos 3 kilómetros de Soto de la Marina, la Playa de Arnía es un destino imperdible para quienes visitan Cantabria. Su combinación de belleza natural, serenidad y paisajes únicos la convierten en una parada obligatoria dentro de la ruta de la Costa Quebrada, la cual se puede recorrer en coche, a pie o en bicicleta, disfrutando de cada rincón del litoral cántabro.
Cómo llegar a la Playa de Arnía
Para quienes deseen visitar este paraíso, llegar es bastante sencillo. Si vienes desde Santander, solo tienes que tomar la autopista A-231 en dirección a Soto de la Marina. Al pasar por este pintoresco pueblo, sigue las señales hacia «Playa de la Arnía y Playa de Covachos». Al ver la bifurcación hacia la derecha, toma la Calle de la Arnía. Continúa hasta llegar al Bar el Cazurro, donde encontrarás un estacionamiento seguro y cómodo. Desde allí, la playa está a solo unos minutos a pie, bajando por un camino asfaltado con cierto desnivel.
Si prefieres el transporte público, desde el centro de Santander puedes tomar los autobuses S7, S8 o S9 desde la Estación de Autobuses. Estos te llevarán a Mompía o Liencres, donde deberás bajarte en la parada del Hospital de Liencres. Desde ahí, un paseo de aproximadamente 30 minutos te llevará hasta la playa, disfrutando de vistas espectaculares del paisaje cántabro.
Independientemente de cómo llegues, la Playa de Arnía es un lugar que no puedes dejar de visitar si estás en Cantabria.