Un reciente estudio revela un beneficio inesperado y poco conocido de la dieta mediterránea.
Los hallazgos, publicados en la revista ‘Nutrition and Health’, indican que quienes siguen este estilo de alimentación obtienen diversas ventajas.
Son ampliamente reconocidos los efectos positivos de la dieta mediterránea en la salud, especialmente de alimentos como el aceite de oliva. Esta dieta puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares e incluso ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, ¿también podría tener un impacto favorable en nuestra salud mental?
De acuerdo con una nueva investigación llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Binghamton, de la Universidad Estatal de Nueva York (Estados Unidos), seguir la dieta mediterránea en lugar de la dieta occidental tradicional—caracterizada por el consumo de carnes rojas, grasas saturadas y azúcares refinados—podría ayudar a reducir el nivel de estrés percibido.
Los resultados, publicados en Nutrition and Health, sugieren que quienes adoptan una dieta mediterránea pueden disminuir su percepción sobre la cantidad de estrés que pueden manejar.
“El estrés es un factor desencadenante de malestar emocional, y las investigaciones, incluidas las nuestras, han mostrado que la dieta mediterránea ayuda a reducir el estrés mental”, explica la profesora asociada de estudios de salud y bienestar Lina Begdache. “Un aspecto del rompecabezas podría estar relacionado con el hecho de que la dieta mediterránea puede contribuir a reducir los elementos negativos del estrés percibido y a mejorar sus aspectos positivos”, añadió.
La dieta mediterránea, basada en vegetales, grasas saludables y alimentos frescos con una amplia gama de colores naturales, contrasta marcadamente con la dieta occidental, conocida por su alto contenido en alimentos procesados de bajo valor nutricional y alto índice glucémico.
Aunque los beneficios de la dieta mediterránea tanto para la salud física como mental son bien conocidos, se sabe menos sobre su efecto en el estrés percibido, es decir, la percepción individual de la cantidad de estrés que se experimenta en un momento determinado.
Para investigarlo, Begdache y sus estudiantes encuestaron a más de 1.500 personas sobre sus hábitos alimenticios y evaluaron sus niveles de estrés percibido. Usando un modelo de aprendizaje automático, los resultados mostraron que consumir alimentos típicos de la dieta mediterránea está asociado con niveles más bajos de estrés percibido y angustia mental, mientras que consumir alimentos propios de la dieta occidental se correlaciona con mayores niveles de estrés percibido y angustia mental.
Begdache destaca que estos resultados cubren una brecha en la literatura científica, ya que la mayoría de los estudios sobre dieta y estrés se centraban en cómo el estrés afecta la elección y calidad de la dieta. La investigadora y su equipo están explorando diferentes aspectos del funcionamiento cerebral y los comportamientos en relación con los patrones alimenticios.