Roglic supera a Enric Mas en Cazorla y le da un gran mordisco a Ben O’Connor en La Vuelta.
El esloveno atacó en la subida final a Cazorla, se llevó la victoria de etapa y recortó 56 segundos al líder, Ben O’Connor.
Cuando se trata de los metros finales, pocos ciclistas son tan fiables como Primoz Roglic. Ni siquiera la firmeza y determinación con la que Enric Mas afrontó la jornada pudo frenar al esloveno, que conquistó la octava etapa de La Vuelta y, de paso, le dio un buen mordisco a la ventaja del líder, Ben O’Connor. En los últimos cuatro minutos de la jornada, Roglic recortó casi un minuto, dejando la diferencia en la general en tres minutos y 49 segundos.
Roglic inicia su reconquista del maillot rojo. La etapa comenzó en Úbeda, una ciudad Patrimonio de la Humanidad y la segunda en Europa con más monumentos por metro cuadrado, solo superada por Florencia. La ruta llevaba a los ciclistas al Parque Natural de Cazorla, donde se encontraba la tercera llegada en alto de la competencia. Fue una jornada crucial para probar la solidez de O’Connor como líder y la capacidad de respuesta de los corredores que aspiran a derrocar al australiano.
Desde el inicio, hubo múltiples intentos de fuga, pero no fue hasta que ocho corredores lograron escapar que el grupo se consolidó. Entre ellos, dos españoles, Oier Lazkano e Ion Izagirre, junto a Vergallito, Sam Oomen, Le Berre, Mauro Schmid, Gijs Leemreize y Harold Tejada. Formar la fuga del día tomó 60 kilómetros. Tejada, colombiano del Astana, era el mejor posicionado en la general, a 7 minutos de O’Connor, lo que permitió al pelotón mantener la calma antes de enfrentarse al Puerto Mirador de las Palomas, la primera dificultad del día.
A pesar del esfuerzo del Israel Premier Tech, buscando la etapa para el canadiense Michael Woods, la fuga mantenía una ventaja de 2 minutos y 30 segundos a 20 kilómetros de la meta. La batalla entre la fuga y el pelotón se intensificó a medida que se acercaban a la subida final a Cazorla (1ª categoría, 4,8 km al 7,1%), en otra jornada marcada por un calor abrasador, cercano a los 40 grados.
La falta de entendimiento en la fuga amenazaba con condenarlos. Tejada atacó en un repecho a 14 kilómetros de la meta, seguido por Lazkano, decidido a luchar por la victoria. Al final, ambos ciclistas junto con Vergallito quedaron al frente, pero estaban al límite de sus fuerzas ante un grupo que se seleccionó bajo el impulso de Roglic, un ciclista de palabras mayores.
Roglic, ganador de tres Vueltas, tomó la iniciativa. Atacó a fondo a 3 kilómetros de la meta, llevándose consigo a Mas, Carapaz, Carlos Rodríguez y Kuss. Sin embargo, Ben O’Connor no pudo seguir el ritmo. Roglic tomó nota y, apenas un kilómetro después, lanzó otro ataque, al que solo respondió Enric Mas. Los dos se fueron en solitario, dejando atrás a todos los demás, iniciando un duelo muy interesante.
En el tramo más empinado, Mas intentó tomar la delantera, cerrando el paso a Roglic en las curvas y ganando metros, con la esperanza de volver a ganar en La Vuelta, algo que el líder del Movistar no logra desde 2022. Parecía que el gran día de Mas había llegado, pero Roglic, con su astucia habitual, encontró un hueco imposible y aceleró en los últimos 50 metros. Ataque definitivo. Inapelable. Era la victoria número 86 en el palmarés de Roglic, una victoria llena de orgullo y determinación, un claro aviso de que la remontada está en marcha.
A su lado, la ilusión de Enric Mas renace. Ha recuperado su mejor versión y el podio ya no parece una quimera. Ahora, la Sierra Nevada será el próximo examen clave. Este domingo se disputa la novena etapa entre Motril y Granada, con 178,2 km. Una de las etapas decisivas de esta edición, con una segunda mitad muy exigente que incluye 3 puertos de 1ª categoría: El Purche (8,9 km al 7,6% con pendientes máximas del 17%) y un doble paso por el Alto de Hazallanas (7,1 km al 9,5% y rampas máximas del 20%). Los favoritos deben aparecer, y muchos de ellos intentarán empezar a recortar tiempo en la general.