El Girona cae ante el PSG con un gol agónico y un cruel debut en la Champions.
El PSG se llevó la victoria con un desafortunado gol en propia puerta de Gazzaniga en el minuto 90, quien había sido el héroe del encuentro.
El debut del Girona en la Champions League no pudo ser más doloroso. Sin mostrar complejos, se plantó en el Parque de los Príncipes para enfrentar al PSG, aguantando su ofensiva durante gran parte del encuentro. Sin embargo, un desafortunado error del arquero argentino Gazzaniga en los últimos instantes selló la derrota para el equipo de Michel (1-0).
El golpe fue especialmente duro para los catalanes, ya que el gol llegó en una jugada sin demasiada peligrosidad. Nuno Mendes, desde una posición muy escorada en la banda izquierda, lanzó un disparo raso que desvió levemente un defensor. Gazzaniga, quien había sido el mejor del partido, no pudo controlar el balón que se le escapó entre las manos y bajo las piernas, terminando en el fondo de la red.
El Girona tuvo el empate al alcance, pero no pudo resistir la arremetida del PSG, que se lanzó con todo en la segunda mitad. Los de Luis Enrique dominaron el encuentro y, tras un constante asedio, lograron romper la férrea defensa del equipo rojiblanco, desatando la alegría en el estadio, aunque sin la presencia de sus hinchas ultras.
A pesar de ser su estreno en la máxima competición europea, el Girona no se dejó intimidar por el escenario ni por la presión. En los primeros 45 minutos, mostró solidez defensiva y supo contener al PSG, que no logró abrir el marcador a pesar de su dominio en la primera media hora. El equipo catalán, que comenzó con algunos titubeos, fue creciendo en confianza y cerró la primera parte controlando mejor las acciones.
El PSG, aunque insistió con una presión constante, solo pudo generar dos claras ocasiones en ese tramo inicial. Primero, Zaire-Emery probó desde la frontal con un disparo que pasó cerca del poste. Luego, Asensio, tras un taconazo de Emery, cruzó su remate ligeramente desviado antes de abandonar el campo lesionado poco antes del descanso.
El Girona, que fue mejorando con el paso de los minutos, empezó a sufrir menos ante la presión de los parisinos, que poco a poco iban cediendo terreno debido al desgaste. Aunque los catalanes no generaron mucho peligro en la portería defendida por Safonov, demostraron que no habían viajado a París solo para ser espectadores. Luis Enrique y su equipo debían ajustar si querían llevarse los tres puntos.
Un segundo tiempo de alta intensidad
La segunda mitad fue completamente distinta, con ambos equipos buscando más intensidad y acciones ofensivas. El Girona, más atrevido, adelantó sus líneas y puso en aprietos al PSG, que encontró espacios para contragolpear.
Dembélé fue una auténtica pesadilla para la defensa del Girona. El ex del Barcelona lideró las acciones ofensivas de su equipo, con varias ocasiones claras para abrir el marcador. La más destacada fue cuando arrancó desde el centro del campo en solitario hacia el área de Gazzaniga, pero Krejci logró arrebatarle el balón en el último instante con una intervención salvadora.
Poco después, Dembélé volvió a intentarlo con un potente disparo que parecía destinado a la escuadra, pero Gazzaniga, con una parada extraordinaria, evitó el gol. El arquero argentino estuvo sobresaliente durante varios minutos, y su mejor intervención llegó al desviar con el pie un remate a quemarropa de Achraf Hakimi.
Un final amargo
El Girona seguía aferrado al partido, pero el PSG no dejó de buscar el gol de la victoria, que finalmente llegó de la manera más inesperada. Nuno Mendes recibió el balón en la banda izquierda y, sin mucho ángulo, sacó un centro-chut que tocó en un defensor. El desvío confundió a Gazzaniga, quien vio cómo el balón se le escapaba bajo las piernas, desatando la celebración del PSG.
A pesar de su gran actuación, el error final de Gazzaniga fue determinante para la derrota del Girona. El equipo de Michel se marchó con un sabor muy amargo en su estreno en la Champions, pero dejó claro que puede competir de tú a tú con los grandes de Europa.