Carlos Alcaraz se impone con autoridad a Perricard en su debut en el ATP 500 de Pekín.

El tenista español mostró solidez desde el primer punto y cerró el partido sin conceder ningún break, venciendo por 6-4, 6-4.

Tras una destacada actuación en la Copa Davis y un nivel ascendente en la Laver Cup, Carlos Alcaraz confirmó su gran estado de forma en su estreno en el ATP 500 de Pekín. El murciano no tuvo dificultades para superar al francés Mpetshi Perricard, asegurando su pase a los cuartos de final del torneo.

A pesar de que Perricard, actual número 50 del mundo, pertenece a la misma generación que Alcaraz (ambos nacidos en 2003), quedó patente la diferencia entre ellos en el nivel profesional. Aunque el francés hizo uso de su potente saque, su principal fortaleza con un promedio de más de 15 aces por partido, no logró descolocar al español, quien mantuvo el control en todo momento.

Perricard tuvo oportunidades de romper el servicio de Alcaraz, pero no logró concretarlas, lo que terminó costándole caro. Alcaraz no vio comprometido su dominio en el encuentro y avanzó firmemente hacia otro posible título esta temporada.

Momentos decisivos

Consciente de que no podía bajar la guardia, Alcaraz mantuvo la concentración desde el inicio, incluso en una primera ronda frente a un rival de menor ranking. En el primer set, logró romper el saque de Perricard en el juego inicial, tomando ventaja en el marcador. Además, salvó un 0-40 cuando sacaba para cerrar el set, lo que fue clave para neutralizar el poderoso saque del francés.

El primer parcial lo cerró con un 6-4, y comenzó el segundo set con la misma intensidad. Un break inicial y un juego en blanco para ponerse 2-0 encaminaron el partido a su favor. Alcaraz forzó constantemente a Perricard, provocando errores en los golpes del francés, lo que facilitó aún más su victoria.

Finalmente, firmó otro break y aseguró el triunfo sin ceder su servicio en todo el partido. Selló la victoria con un juego en blanco y celebró con un enérgico «¡vamos!», mientras el público chino lo ovacionaba. Alcaraz, ya toda una celebridad en la pista, abandonó el estadio con los aplausos del público local.