El restaurante de un balneario histórico en un encantador pueblo de Asturias, donde disfrutar de las famosas anchoas de Hazas.

A solo ocho kilómetros de Oviedo, un pequeño pueblo alberga un manantial de aguas medicinales que en su día fue frecuentado por Carlos III. En este lugar, nobles y viajeros británicos en busca de una España exótica, así como miembros de la realeza, han aprovechado los beneficios de sus aguas. Hoy, el complejo de Las Caldas se ha convertido en uno de los destinos predilectos para revitalizar cuerpo y mente con rutas naturales, tratamientos termales y una destacada oferta gastronómica en sus dos restaurantes, siendo uno de ellos el más prestigioso de la zona.

El encanto de este pueblo radica en un manantial que durante siglos ha sido famoso por sus aguas mineromedicinales, que brotan de una cueva natural en la antigua Casa de Baños, alcanzando una temperatura constante de 40 grados y con un flujo de 200 litros por minuto. No es de extrañar que la fama de este lugar llegara hasta la corte de Carlos III en Madrid, un entusiasta del poder curativo del agua.

El balneario real de Las Caldas es único en Asturias por la clasificación oficial de sus aguas mineromedicinales, y aquí se puede degustar uno de los tesoros de la cocina asturiana: las anchoas de Hazas, producidas en una conservera de Lastre. Reconocidas en los premios Great Taste con hasta 15 estrellas, estas anchoas son una joya culinaria en España, destacadas por la minuciosa limpieza de cada filete, con quienes aseguran que incluso superan a las famosas anchoas de Santoña.

En Scanda, el restaurante del complejo Las Caldas Villa Termal, se sirven estas anchoas con pan y tomate fresco, y un buen jamón, como antesala de una fabada auténticamente asturiana. Este comedor, situado en el antiguo casino del balneario, es un proyecto del chef Raúl Galán, quien combina la serenidad del entorno con productos locales y recetas tradicionales asturianas.

Incluso la cerveza que acompaña los platos es asturiana. La lager Ordum, con un ligero toque afrutado, se elabora en la región y se envasa con las aguas del manantial de Borines, lo que la convierte en una bebida única que captura el espíritu y autenticidad de Asturias, al igual que sus paisajes.

Historia del balneario

El primer balneario de Las Caldas fue construido en 1776, aunque se sabe que antes ya había visitantes que acudían en busca de alivio para dolencias reumáticas y respiratorias. Diseñado por Ventura Rodríguez, el edificio actual mantiene el esplendor original, combinando la belleza natural y los beneficios de sus aguas.

El complejo, que incluye el Hotel Las Caldas de cinco estrellas y el Gran Hotel de cuatro estrellas, cuenta con más de 10.000 metros cuadrados de jardines, un huerto ecológico, un centro deportivo y zonas de bienestar con programas de detox, pérdida de peso, antiestrés y más.

La estructura del balneario se organiza en El Manantial, con arcos y piscinas de relajación, la Sala de las Columnas, una zona de descanso elegante, y un área wellness con 25 cabinas para tratamientos individuales y en pareja, donde el objetivo es mejorar el bienestar físico y emocional de quienes buscan una experiencia integral.

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