El resfriado y el cansancio ponen en jaque a Carlos Alcaraz en las ATP Finals.
Carlos Alcaraz enfrenta un duro reto en las ATP Finals, donde una derrota contra Casper Ruud lo dejó sin margen de error antes de su duelo con Andrey Rublev. Tras cancelar su sesión de entrenamiento a solo un día del partido decisivo, el joven español, oriundo de El Palmar (2003), experimenta una vez más las dificultades de la recta final de temporada. Aunque ha trabajado para mejorar su resistencia física, los efectos de un resfriado persistente y la fatiga mental han puesto a prueba su rendimiento en la cancha.
En su debut en Turín, Alcaraz mostró signos de agotamiento, perdiendo ante Ruud (6-1 y 7-5) en un partido donde las dificultades físicas quedaron evidentes desde el primer set. La jornada del miércoles será crucial para sus aspiraciones de avanzar en el torneo, cuando enfrente a Rublev en un encuentro donde ambos lucharán por mantenerse vivos en el torneo.
A pesar de su deseo de entrenar el martes, Alcaraz solo pudo pelotear unos minutos con el estadounidense Andres Martin antes de verse obligado a retirarse, visiblemente afectado por el resfriado y una molestia estomacal que limitaba su rendimiento. La presión aumenta para el español, quien necesita vencer a Rublev para tener opciones de pasar a semifinales. En 2022, en este mismo torneo, Alcaraz perdió su primer encuentro pero logró avanzar, aunque esta vez las complicaciones físicas hacen que el reto sea aún mayor.
Tras su derrota inicial, Alcaraz explicó en rueda de prensa cómo un resfriado, contraído días antes de viajar a Turín, ha afectado su estado físico. Aunque trató de mantener el malestar en secreto, reconoció que su rendimiento estaba lejos de ser óptimo. «No quería que sonara como una excusa, pero si me siento mal, me siento mal», comentó, refiriéndose al malestar que lo afectó incluso horas antes de su partido.
Además de las molestias físicas, Alcaraz enfrenta el reto de la falta de experiencia en pistas cubiertas. Según sus propias palabras, la adaptación a este tipo de superficie requiere tiempo, aunque confía en que eventualmente mejorará. También habló del agotamiento mental acumulado a lo largo de una temporada cargada de torneos y viajes, un desgaste que experimentan muchos jugadores de la élite. «Creo que todos estamos mentalmente cansados. Si alguien dice que no lo está, no dice la verdad», confesó Alcaraz, señalando el intenso calendario y los pocos días de descanso entre competiciones.
A pesar de estas dificultades, Alcaraz trata de ver el lado positivo, creyendo que ha mejorado en la gestión de la fatiga respecto al año anterior. Aún así, admite que necesita encontrar la manera de competir a buen nivel incluso en momentos de cansancio mental. «Este año estoy mejor que el anterior, pero aún tengo que aprender a rendir cuando estoy agotado», concluyó.
Un entrenamiento interrumpido
El martes por la mañana, en el Inalpi Arena de Turín, muchos aficionados esperaban ver a Alcaraz entrenar. Llegó con algo de retraso, saludó al público y comenzó a practicar con Andres Martin, pero la sesión se interrumpió rápidamente. Alcaraz se retiró tras unos minutos de práctica, pidiendo disculpas tanto a Martin como a los espectadores. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, observó preocupado, explicando que el resfriado afectaba la respiración de Alcaraz. «Le cuesta respirar cuando se mueve. Todavía tiene el pecho congestionado», afirmó Ferrero, advirtiendo que, aunque probablemente juegue contra Rublev, no estará en su mejor estado físico.
Si Alcaraz pierde ante Rublev, quedará eliminado de las ATP Finals, aunque deberá jugar el viernes ante Alexander Zverev. Tras la exigencia de este torneo, el tenista se unirá a la selección española en la Copa Davis, que se celebrará en Málaga la próxima semana. Allí, España enfrentará a Países Bajos en los cuartos de final, y el equipo liderado por Rafael Nadal espera contar con Alcaraz para sumar fuerzas, aunque su estado físico podría complicar su rendimiento. La conjunción de estos compromisos hace que el resfriado de Alcaraz no pueda haber llegado en un peor momento, añadiendo aún más presión en el final de una agotadora temporada.