Abraham Cupeiro: El español que revive instrumentos milenarios y dejó su huella en Gladiator II.
Abraham Cupeiro (Sarria, 1980) es un lutier, compositor e intérprete único en su especie. Desde su taller en Castro de Rei, una aldea gallega, devuelve la vida a instrumentos ancestrales inspirados en restos arqueológicos y antiguos grabados. Su arte lo ha llevado a escenarios de todo el mundo y, recientemente, a Hollywood, donde participó en la banda sonora de Gladiator II, dirigida por Ridley Scott y con música compuesta por Harry Gregson-Williams.
El compositor británico buscaba incluir sonidos que evocaran la época de la Antigua Roma, como los del cárnix celta, el cornu romano y el aulós griego. Fue a través de las redes sociales que descubrió a Cupeiro, quien no solo poseía estos instrumentos, sino que los había construido y dominaba su ejecución. Así, el pequeño pueblo de Castro de Rei se conectó con la gran maquinaria de Hollywood.
Un artesano del pasado con proyección mundial
En su hogar-taller, Cupeiro ha creado y recopilado más de 200 instrumentos antiguos, 50 de los cuales ha fabricado con sus propias manos. Entre sus piezas más destacadas se encuentra el cárnix, una imponente trompeta celta de dos metros con una cabeza de animal. Basándose en el grabado de un denario romano, logró reproducirlo con una precisión sorprendente, solo 23 milímetros menor que el único ejemplar original conservado.
“Todo se basa en el sentido común”, explica Cupeiro sobre su proceso creativo. “Los instrumentos siempre se diseñan para adaptarse a los humanos, independientemente de la época. Es un trabajo que combina lógica, experiencia y un profundo respeto por el pasado”.
Este año, Cupeiro ha ofrecido más de 120 conciertos en países como Canadá, Tasmania, Alemania y Reino Unido, además de sus presentaciones en España. Su tercer disco, Mythos, lo lleva de gira mientras también comparte su conocimiento a través del espectáculo Resonando en el pasado, donde explica el origen y funcionamiento de instrumentos ancestrales.
De Castro de Rei a Gladiator II
Cuando Gregson-Williams contactó a Cupeiro para colaborar en la banda sonora de Gladiator II, el músico gallego estaba inmerso en la producción de su nuevo álbum, que grabaría junto a la Royal Philharmonic Orchestra en los míticos estudios Abbey Road. Aunque inicialmente rechazó la invitación, la insistencia del compositor británico lo llevó a participar desde su propio taller en Galicia.
Cupeiro grabó una biblioteca de sonidos improvisados mientras veía escenas de la película, creando melodías que posteriormente se integraron en la banda sonora en Los Ángeles. “Es increíble cómo instrumentos tan humildes pueden contribuir a la grandeza de una producción cinematográfica de este nivel”, reflexiona Cupeiro.
Ridley Scott, entusiasta de los sonidos antiguos, había seguido de cerca el trabajo del gallego, dejando instrucciones claras al equipo musical sobre qué instrumentos quería destacar.
Más allá de Hollywood
La trayectoria de Cupeiro no se limita a Gladiator II. También ha trabajado en producciones de Netflix, como La vida en nuestro planeta (2023), narrada por Morgan Freeman y producida por Steven Spielberg, y Mary, un próximo drama bíblico protagonizado por Anthony Hopkins. En esta última, Cupeiro tocó 25 instrumentos diferentes, demostrando su versatilidad y pasión por explorar los sonidos del pasado.
Sin embargo, su trabajo en cine es solo una faceta de su vida. Su verdadero propósito es investigar, construir, componer y conectar al público con las raíces musicales de la humanidad.
Mythos: Un viaje a través de los mitos
En Mythos, Cupeiro explora mitos universales a través de composiciones inspiradas en historias como la de Marsias y el aulós griego o el Simurgh, el ave fénix persa. “La imaginación es lo que nos diferencia de los animales”, señala. “Al adentrarnos en los mitos, descubrimos lo más auténtico de nuestra humanidad”.
Formado como trompetista en el Conservatorio Superior de Madrid y especializado en música antigua en la Universidad Autónoma de Barcelona, Cupeiro combina lo académico con lo popular, influenciado por su crianza en Sarria. “Siempre tuve una visión poliédrica de la música, desde la banda de mi pueblo hasta las canciones tradicionales de Meigas y Trasgos, sin olvidar los viajes musicales que hacía al subirme al coche de mi padre, donde sonaban desde Edith Piaf hasta Miles Davis”.
Arraigado a sus raíces
A pesar de su éxito internacional, Cupeiro sigue profundamente vinculado a Galicia. “Es un lugar con una tradición milenaria aún por explorar, y además se come como en pocos sitios del mundo”, bromea.
Su humildad es tan característica como su talento. “La vida es demasiado breve para volverse arrogante. Estos días, con un fuerte lumbago, me di cuenta de lo agradecido que estoy de poder caminar mientras hablo contigo. Al final, eso es lo que importa”, concluye Cupeiro.
Abraham Cupeiro demuestra que lo ancestral y lo contemporáneo pueden fusionarse para crear algo extraordinario. Desde su pequeño rincón en Galicia, sigue resonando en el pasado y marcando el ritmo del presente.