El papel clave del tejido muscular en la ELA: un nuevo enfoque de investigación desde Biogipuzkoa.
Un innovador estudio liderado por el Instituto de Investigación Sanitaria Biogipuzkoa está abriendo nuevas puertas en el tratamiento de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La investigación sugiere que el tejido muscular podría tener un rol más crucial en el desarrollo de esta enfermedad degenerativa de lo que se pensaba hasta ahora, llegando incluso a plantear que el origen de la ELA podría estar en el músculo esquelético dañado.
Aunque todavía no se dispone de una cura para la ELA, los avances como este aportan esperanza. Si bien los tratamientos actuales son paliativos, estudios como el de Biogipuzkoa marcan un paso más hacia la comprensión de esta devastadora enfermedad, ofreciendo nuevas perspectivas para desarrollar terapias más efectivas en el futuro.
Una investigación multidisciplinar
El doctor Adolfo López de Munain, uno de los principales coordinadores del proyecto, describe este estudio como “coral”, en referencia a la diversidad de enfoques y especialidades involucradas. “Nuestra percepción es que la ELA no es una enfermedad única con una causa específica, sino que las personas llegan a desarrollarla a través de distintos factores de riesgo, algunos compartidos y otros totalmente independientes”, explica.
El equipo incluye a destacados especialistas como:
- Patxi Gil Bea, experto en neurodegeneración central.
- Gorka Guereñu, especializado en modelos animales con moscas, ideales para testar hipótesis rápidamente.
- Lorea Blázquez, investigadora en RNA, dado el papel clave del procesamiento de RNA en las formas hereditarias y esporádicas de la ELA.
- Sonia Alonso, especialista en alteraciones musculares, quien enfatiza la importancia del músculo como algo más que una víctima pasiva de la enfermedad.
“Estamos explorando la idea de que, en ciertos casos, el músculo no solo sufre por la atrofia causada por la muerte de las motoneuronas, sino que puede ejercer una acción retrógrada que afecta a las motoneuronas”, detalla López de Munain.
Un cambio de paradigma en el estudio de la ELA
El enfoque del músculo esquelético representa una perspectiva inédita en la investigación de la ELA. Según López de Munain, este avance puede ayudar a superar uno de los mayores desafíos en el diseño de terapias: la visión unidimensional de la enfermedad. “Creemos que la multicausalidad de la ELA requiere estrategias más integrales para abordar las diferencias entre pacientes”, subraya.
El modelo animal en el que trabaja Gorka Guereñu permite replicar genéticamente la enfermedad en moscas para probar tratamientos farmacológicos. Este método, según Guereñu, ayuda a validar posibles dianas terapéuticas de manera rápida y efectiva.
Deporte y ELA: ¿un vínculo real?
La posible relación entre la ELA y el deporte de alta intensidad sigue siendo objeto de debate. La doctora Sonia Alonso señala que no hay evidencia concluyente que relacione directamente la actividad física extrema con la enfermedad, aunque admite que “la ELA es hipercatabólica, consume la energía disponible en el organismo a un ritmo desmesurado”.
El neurólogo Juan José Poza añade que en el pasado se reportaron casos de futbolistas italianos de élite que desarrollaron ELA tras periodos de alta actividad física. Sin embargo, aclara que no está claro si se debió a la actividad muscular, a microtraumatismos craneales o a factores ambientales. “No se ha vuelto a observar un patrón similar en otros deportistas”, precisa.
Un trabajo conjunto de largo aliento
La investigación ha involucrado a más de 35 especialistas durante los últimos ocho años, un esfuerzo que la doctora Sonia Alonso califica como “extraordinario y necesario”. La relevancia de esta colaboración ha sido avalada con la publicación de los resultados en la prestigiosa revista Acta Neuropathologica.
Entre los nombres clave en el desarrollo del estudio destacan la doctora Monica Zufiria, quien introdujo este enfoque en su tesis doctoral, y las investigadoras Oihane Pikatxa Menoio y Maddi Garciandia-Arcelus, coautoras principales del trabajo.
Hacia nuevos horizontes terapéuticos
Este estudio no solo aporta una nueva pieza al complejo rompecabezas de la ELA, sino que también ofrece una dirección prometedora para futuras investigaciones. Como concluye López de Munain: “El músculo podría ser más que un espectador pasivo; podría desempeñar un papel activo en la enfermedad. Esta es una línea que debemos seguir explorando”.
Con este enfoque innovador, Biogipuzkoa reafirma su compromiso con la ciencia de vanguardia, marcando un camino que podría cambiar el futuro de la ELA y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.