Alberto Sandoval: el picador récord con 108 corridas en 2024 y más trofeos de los que puede contar.

A sus 31 años, el picador salmantino Alberto Sandoval ha alcanzado cifras históricas en la tauromaquia. Con 108 corridas toreadas este año, ha superado registros anteriores, y los premios acumulados son tantos que confiesa no tener ya espacio para ellos en su casa de Pelarrodríguez, una aldea de apenas 60 habitantes en invierno. Reconocido por su maestría a caballo, su teléfono no deja de sonar: peñas y clubes taurinos lo invitan constantemente a celebraciones en su honor.

Un hombre de campo con raíces taurinas

Aunque nació en la ciudad de Salamanca, Sandoval siempre ha estado ligado al mundo rural. Vive en una finca ganadera cerca de Pelarrodríguez, donde se crió rodeado de caballos y campo. Fue su tío, Tito Sandoval, también picador, quien lo introdujo en el arte taurino. “Yo no pensaba dedicarme a los toros”, reconoce. Sin embargo, acompañar a su tío a tentaderos despertó su vocación. A los 16 años obtuvo su carnet de picador y debutó en la Plaza de la Maestranza de Sevilla, bajo las órdenes del novillero mexicano Fernando Labastida.

El 13 de septiembre de 2009 marcó su presentación oficial en Sevilla, y apenas dos años después, el 17 de julio de 2011, realizó su primer paseíllo en Las Ventas junto al novillero Adolfo Ramos. Desde entonces, ha consolidado su carrera, siempre guiado por los consejos de su tío, a quien considera su principal maestro.

Un año récord

En 2024, Sandoval se ha convertido en el picador más activo, participando en 108 festejos, superando las 100 tardes de Morante de la Puebla y Fernando Sánchez en 2002. Ha trabajado junto a figuras como Borja Jiménez, Fernando Adrián, Damián Castaño, Manuel Diosleguarde y el joven novillero Marco Pérez. En total, actuó en 35 tardes con Jiménez, mientras que el resto se repartieron entre otros toreros.

Aunque ha compartido ruedos con su tío este año, sus caminos profesionales se separarán en 2025. Borja Jiménez, al superar los 36 festejos, deberá conformar una cuadrilla fija como parte del grupo especial de matadores. Esto permitirá a Sandoval mantener su independencia y colaborar con más toreros, ampliando aún más su agenda taurina.

Una técnica aplaudida

El pasado San Isidro, Sandoval fue ovacionado por su trabajo en corridas de Santiago Domecq, Victorino Martín y José Escolar. Su estilo, centrado en dar tiempos al toro y ejecutar la suerte con precisión, le ha valido reconocimiento dentro y fuera de España. Los trofeos que ahora recoge —algunos de ellos en Francia, Málaga, Salamanca y Burgos— son prueba de su dedicación.

“Intento hacer la suerte como la siento, despacio y dándole oportunidad al toro para colocarse”, explica. Para él, un buen picador debe ser excelente jinete, conocer la ganadería y entender las preferencias del torero con quien actúa.

El invierno del picador

En temporada baja, Sandoval continúa trabajando con sus caballos —tiene cinco y tres potros—, participa en tentaderos y lidias a puerta cerrada. Antes se dedicaba también a la doma, pero su apretada agenda taurina apenas le deja tiempo para ello.

Lejos de buscar competir, su objetivo es crecer profesionalmente y mejorar cada día. “No esperaba este reconocimiento”, admite con humildad. “Solo quiero hacer bien mi trabajo”.

La vida en Pelarrodríguez

Aunque su éxito lo ha convertido en una figura destacada del toreo, Sandoval asegura no ser el más popular de su pueblo. “Somos cuatro picadores aquí: mi tío Tito, Francisco Tapia, ya retirado, Javier González y yo”. A pesar de su notable trayectoria, sigue considerándose un hombre de campo que divide su tiempo entre el ganado y los ruedos.

Así, entre la humildad y el esfuerzo, Alberto Sandoval se consolida como uno de los grandes referentes de la tauromaquia actual, dejando una huella imborrable en el arte del tercio de varas.