La duquesa del Infantado retoma la gestión del castillo de Manzanares El Real, que cierra sus puertas al público.
El emblemático Castillo Nuevo de los Mendoza, símbolo histórico de la Comunidad de Madrid y situado en Manzanares El Real (9.000 habitantes), ha regresado a manos de sus propietarios, la Casa Ducal del Infantado, el pasado 5 de enero, tras finalizar el contrato de arrendamiento que mantenía con la Comunidad de Madrid desde hace seis décadas. Este cambio también marca el cierre temporal del castillo al público debido a la falta de permisos necesarios para su apertura.
El castillo, que recibió a más de 400.000 visitantes entre 2019 y 2023, es considerado una de las joyas arquitectónicas mejor conservadas de España. Su historia comenzó en 1475, bajo el primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, y fue finalizado en 1490 por su hijo Íñigo con el reconocido arquitecto Juan Guas. Originalmente una fortaleza militar, el castillo evolucionó a un palacio renacentista con grandes salones, tapices flamencos y elementos decorativos característicos del gótico tardío.
Desde 1965, la Comunidad de Madrid gestionaba el castillo, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en colaboración con el Ayuntamiento de Manzanares. Durante este periodo, se invirtieron más de un millón de euros anuales en su restauración, conservación y promoción turística. Sin embargo, el contrato de arrendamiento llegó a su fin y, tras meses de negociaciones infructuosas entre la familia Arteaga, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, la propiedad volvió a manos privadas.
El cierre temporal y la falta de permisos
La duquesa Almudena de Arteaga, XX duquesa del Infantado y reconocida escritora de novela histórica, expresó su intención de mantener el castillo abierto al público debido a su valor cultural y el impacto económico positivo en la localidad. Su plan incluía mejorar las ofertas turísticas mediante una gestión privada a través de una sociedad mercantil. Sin embargo, el cierre temporal se debió a que el terreno donde se ubica el castillo está calificado como rústico, lo que impide legalmente otorgar licencias para actividades públicas.
El Ayuntamiento de Manzanares, liderado por el socialista José Luis Labrador, señaló que la actividad turística realizada hasta ahora carecía de licencia, ya que comenzó antes de la implementación de las normativas urbanísticas locales en 1977. Aunque ambas administraciones coinciden en la necesidad de reabrir el castillo cuanto antes, consideran que la única solución viable es modificar las normas urbanísticas para permitir su uso turístico.
Un reclamo para resolver la situación
El abogado de la familia Arteaga, Miguel Temboury, ha instado a las administraciones implicadas a encontrar una solución urgente, argumentando que existen vías legales que permitirían una reapertura rápida si hubiera voluntad política. Por su parte, la Comunidad de Madrid ha manifestado que, tras la devolución del castillo, la gestión y las licencias recaen en el ámbito municipal, mientras que el Ayuntamiento asegura estar trabajando en la tramitación necesaria para resolver esta compleja situación.
Ambas partes se reunirán nuevamente después de las festividades navideñas para avanzar en una solución que permita devolver a este monumento histórico su papel como espacio cultural y turístico para el disfrute de todos.