Las Ballenas y las Leyes del Lenguaje Humano: Un Vínculo Sorprendente.

Dos recientes estudios han revelado que la comunicación de muchas especies de cetáceos sigue principios fundamentales del lenguaje humano, como la eficiencia y la economía expresiva.

Según Ellen Garland, bióloga marina de la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido), los cantos de las ballenas jorobadas son “la exhibición acústica más compleja del reino animal”. Solo los machos cantan, y sus vocalizaciones pueden viajar miles de kilómetros. Lo más sorprendente es que, aunque cada población entona una misma canción, estas melodías cambian con el tiempo, ya que aprenden nuevas de otras poblaciones a distancias de hasta 14.000 kilómetros. Garland destaca que este fenómeno es “un logro cultural único en el mundo animal, comparable solo al humano”.

En una investigación publicada en Science, Garland y su equipo analizaron los cantos de ballenas jorobadas en Nueva Caledonia durante ocho años. Su objetivo era descubrir si existía una estructura en sus vocalizaciones similar a la del lenguaje humano. Utilizando métodos propios de la lingüística, segmentaron los cantos en unidades jerárquicas comparables a frases y palabras. Sorprendentemente, encontraron que los cantos seguían las mismas leyes presentes en todas las lenguas humanas.

Patrones Universales en el Lenguaje de las Ballenas

Una de las principales similitudes entre los cantos de las ballenas jorobadas y el habla humana es la distribución zipfiana, un patrón de frecuencia descubierto por el lingüista George Kingsley Zipf. Esta ley establece que las palabras más usadas son generalmente las más cortas y que su frecuencia de aparición sigue una relación matemática predecible. En términos simples, las palabras más comunes se repiten con más frecuencia, mientras que las más largas y complejas se usan menos.

“Este patrón facilita el aprendizaje y la transmisión del lenguaje a lo largo de generaciones”, explica la lingüista Inbal Arnon, coautora del estudio. Y lo que su equipo ha encontrado es que las ballenas jorobadas cumplen con la ley de Zipf, lo que sugiere que su sistema de comunicación ha evolucionado para ser más eficiente.

Pero las yubartas no son las únicas. Otro estudio publicado en Science Advances, liderado por el investigador Mason Youngblood, analizó más de 610.000 vocalizaciones de 16 especies de cetáceos, incluyendo ballenas, delfines y orcas. Este análisis mostró que muchas de ellas también siguen la ley de Zipf y otra regla lingüística fundamental: la ley de Menzerath.

La ley de Menzerath establece que, cuando una frase es más larga, las palabras que la componen tienden a ser más cortas. Este principio, que también se observa en los idiomas humanos, fue identificado en 11 de las 16 especies estudiadas, lo que sugiere que los cetáceos han optimizado su comunicación para maximizar la eficiencia.

¿Las Ballenas se Comunican Mejor que los Humanos?

Según Youngblood, algunas especies de ballenas son incluso más eficientes que los humanos en la compresión de su comunicación. ¿Por qué? El investigador menciona dos razones principales:

  1. Respiración bajo el agua: Las ballenas deben vocalizar mientras contienen la respiración, lo que podría hacer que la rapidez y eficiencia de la comunicación sean esenciales.
  2. Densidad de información: El lenguaje humano transporta mucha más información que el de las ballenas, lo que hace que la compresión sea más difícil en nuestro caso.

El científico Iván G. Torre, quien no participó en los estudios, destaca la importancia de la eficiencia en cualquier sistema comunicativo. “Las llamadas de advertencia, por ejemplo, deben ser rápidas y entendidas por todos; de lo contrario, el depredador te atrapa”, explica. Torre cree que estos hallazgos pueden abrir la puerta al estudio de otros sistemas de comunicación en el reino animal.

Más Allá del Lenguaje Humano

Los delfines mulares también cumplen la ley de Menzerath, según el investigador Bruno Díaz, director del Instituto de Investigación del Delfín Mular (BDRI). Díaz cree que estos descubrimientos confirman que la comunicación de los cetáceos ha evolucionado para maximizar la eficiencia en su entorno acústico submarino.

El experto en lingüística cuantitativa Ramón Ferrer i Cancho, de la Universitat Politècnica de Catalunya, destaca que estos estudios muestran cómo la comunicación animal está moldeada por la necesidad de reducir costos energéticos. Sin embargo, señala una limitación importante: no conocemos el significado exacto de los cantos de las ballenas, lo que dificulta compararlos directamente con el lenguaje humano.

Aun así, Ferrer i Cancho concluye con una reflexión clave: “Lo que hace tiempo que no podemos decir es que el lenguaje humano es único”. La comunicación en el reino animal es mucho más compleja de lo que imaginábamos, y cada vez encontramos más similitudes entre nosotros y otras especies.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *