Ricardo Ten se corona en París con un oro en la contrarreloj: el broche de oro a unos Paralímpicos perfectos.
El ciclista valenciano ha sumado tres medallas, una de cada metal, en unos Juegos que siguen ampliando su legendaria trayectoria. Con estas, Ricardo Ten ya acumula 11 preseas paralímpicas.
La historia de Ricardo Ten (Valencia, 1975) parece no tener fin. Cada vez que parece haber alcanzado su máximo potencial, vuelve a sorprender con algo nuevo. Es un competidor nato, y en los Juegos Paralímpicos de 2024 lo está demostrando a lo grande. Le faltaba el oro para completar el ciclo, y lo ha conseguido en París, llevándose la victoria en la contrarreloj de ciclismo en ruta.
Sin contemplaciones y a toda velocidad sobre el asfalto parisino, Ten tenía en mente solo una cosa: ganar. Desde el primer momento impuso un ritmo imparable que sus rivales no pudieron igualar. Detuvo el cronómetro en 20:39.53, con una ventaja de 38 segundos sobre el alemán Michael Teuber y 1:18 minutos sobre el resto de competidores. Imparable.
Sabía que era uno de los favoritos en esta prueba, y no defraudó. No suele hacerlo. Con este oro, su primer oro paralímpico en ciclismo, cierra unos Juegos brillantes en los que ya ha conseguido tres medallas (una de plata y otra de bronce). Se estrenó hace unos días con un tercer puesto en la prueba de persecución en pista y luego se colgó la plata en la prueba de esprint por equipos.
A sus 49 años, Ten alcanza así su undécima medalla paralímpica, aunque la mayoría de ellas las obtuvo en natación. En total, siete de sus medallas provienen de la piscina (tres oros, una plata y tres bronces), y solo dos en ciclismo (ambas de bronce). Fue en Río 2016 cuando decidió cambiar el agua por el asfalto, ya que sentía que había cumplido todos sus objetivos en la natación y siempre había soñado con ser ciclista profesional.
«En Tokio hubo muchas circunstancias fuera de nuestro control, pero aquí había que aprovechar la oportunidad. Y creo que lo hemos hecho de manera excepcional, tanto en las pruebas de pista como en la ruta. Esta prueba, que habíamos preparado específicamente, ha salido perfecta», comentó Ten al finalizar la carrera.
«Creo que mi palmarés está completo y ahora hay que seguir disfrutando de lo que hacemos. Cuando dejemos de disfrutar, será el momento de dejarlo o cambiar. Siempre tuve la ilusión de ganar todo también en ciclismo. Siento que he cerrado un gran ciclo. Creo que no se puede pedir más», añadió.
Superando adversidades
Ricardo Ten ha dejado su huella en el deporte paralímpico, consagrándose como una leyenda a pesar de los numerosos desafíos que la vida le ha puesto por delante. El más impactante de todos fue un accidente que sufrió a los ocho años.
Mientras jugaba con su hermano en una casa en construcción, Ten recibió una fuerte descarga eléctrica que le hizo perder ambos brazos y la pierna derecha, además de quemarle el 75% del cuerpo. Sin embargo, años más tarde, logró transformar ese trágico suceso en una oportunidad para brillar.
«La vida no es fácil, pero es hermosa, y vale la pena vivirla. Hay que superar los momentos difíciles. Aunque enfrentemos situaciones malas, siempre acabamos superándolas; los momentos buenos siempre tienen más peso que los malos. Hay que aprender a vivir para disfrutar esos buenos momentos», dijo Ricardo Ten en una entrevista con Nius hace unos años.
«No puedes rendirte a la primera. Si no lo consigues, no pasa nada; también hay que saber disfrutar del camino. Porque, aunque te esfuerces al máximo, eso no te garantiza que vayas a alcanzar tu objetivo. Pero no por eso debes dejar de intentarlo», añadió.