El nuevo exclusivo bar de la Milla de Oro de Marbella: en una casona andaluza y con más de 900 champagnes.

Se trata del nuevo sueño materializado de Marcos Granda que da continuidad a Skina cuya carta defiende el chef Mario Cachinero.

El verano (oficialmente) no acaba hasta el 23 de septiembre y con ello aún quedan días para estirarlo en compañía de planes que nos satisfagan el apetito, así como de otros que llegan en la recta final como novedad dispuestos para triunfar.

Es el caso de Millésimé que nos hace volver a poner el foco en el corazón de Marbella y trasladarnos hasta la Milla de Oro donde la temporada estival parece alargarse durante el resto del año. Ahora con un motivo más: Le Petit Bar by Skina acaba de ser inaugurado como nuevo destino para disfrutar de pequeños y grandes bocados en clave de alta cocina y una exclusiva carta de champagnes.

Este nuevo y exclusivo bar alojado en una casona andaluza es el fruto del incansable esfuerzo del sumiller y empresario Marcos Granda, al frente de Skina, también en la ciudad marbellí, además de otros numerosos proyectos reconocidos por la Guía Michelin.

Granda, celebrando el vigésimo aniversario de su emblemático restaurante, ha decidido trasladar su dos estrellas desde el casco histórico a una casona que refleja a la perfección la esencia andaluza. Con este traslado además de acometer un cambio de ubicación y de espacio donde tener más margen para lograr sus aspiraciones, ha logrado la materialización de un sueño: la creación de “el gran restaurante” en un entorno espacioso que permite nuevas y sofisticadas experiencias gastronómicas.

La esencia de Millésimé

Adjunto al restaurante está Millésimé. Con capacidad para 29 personas, es un homenaje a la pasión de Granda por el champagne. En su carta se encuentran 910 etiquetas cuidadosamente seleccionadas, seis de las cuales pueden disfrutarse por copas y cambian mensualmente, permitiendo a los visitantes descubrir novedades con cada visita. 

Este bar abre sus puertas como un nuevo icono del lujo, pero también como un enclave que invita a relajarse y disfrutar de una carta que celebra la cocina local de temporada. A su cargo, como ocurre en Skina, se encuentra el chef Mario Cachinero.

Al mando de la cocina que funciona para todo el espacio trabaja mano a mano con pequeños productores locales que emplean métodos respetuosos con el medio ambiente y favorecen los circuitos cortos. Esta filosofía de sostenibilidad no solo garantiza la calidad de los ingredientes, sino también una cocina ética y consciente, donde cada plato cuenta una historia de conexión con la tierra.

La propuesta gastronómica de Millésime

La carta de Millésimé, aunque no extensa, es un deleite para los sentidos, siempre apostando por la frescura y el sabor. Las ostras, ya sean al natural o acompañadas de un gazpacho de pepino y parra, y la ensalada de tomates andaluces, que culminan ahora su temporada, son solo algunas de las propuestas frescas y ligeras que definen su menú.

Los platos de pescado, como el tartar de atún rojo con pistacho y el carpaccio de ventresca de atún rojo, destacan por su elegancia y sencillez. Mientras que, en el apartado de carnes, la cecina de wagyu, la hamburguesa de wagyu y black angus, y el solomillo de ternera, son opciones más contundentes por las que optar. Para terminar, los postres también seducen: desde una ensalada con frutas de temporada hasta una tarta de chocolate Guanaja y el clásico flan de vainilla, todo pensado para redondear la experiencia.

Millésimé no solo es una celebración del buen champagne y la cocina de calidad, sino también un ejemplo del arte de la hospitalidad que ha caracterizado a Marcos Granda durante sus 20 años de trayectoria en el mundo gastronómico. Cada detalle, desde el servicio hasta la disposición de los platos, está diseñado para agasajar, compartir y disfrutar, pero conectando con la tradición familiar de Granda y Cachinero, quienes crecieron en hogares donde la comida era sinónimo de unión.