La industria digital crece como nunca, pero sigue enfrentando desafíos como siempre.

El rápido reemplazo de Escrivá por Óscar López no detiene los rumores en un sector que vive un momento crucial en España.

Isaac Asimov decía que «negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho». Aunque sorprenda, aún hay quienes desconocen, o incluso niegan, la relevancia del sector tecnológico en España. Con un complejo de inferioridad, muchos creen que esta industria es marginal en un país más vinculado históricamente a la construcción y el turismo.

Sin embargo, la realidad es otra. En 2022, los ingresos de la industria digital española alcanzaron los 129.019 millones de euros, un 5,2% más que el año anterior. Así lo revela el barómetro de la economía digital de Ametic, presentado en su encuentro anual en Santander. De esa cifra, solo el 11,7% proviene del sector de las telecomunicaciones, un ámbito donde, curiosamente, sí contamos con marcas ampliamente reconocidas.

Este desconocimiento sobre la importancia de nuestra industria digital no es excusable, especialmente cuando 667.962 empleos directos dependen de ella, aunque se ha producido una reducción en el número de empresas, quedando en 35.728 (-6,5% respecto al año anterior). Un dato preocupante si España aspira a ser un actor de peso en el panorama tecnológico global.

Es por esto que algunos sienten que el sector «navega en el vacío», una frase que un alto ejecutivo compartió con este redactor durante el congreso, y que cobra mayor sentido con los recientes cambios en el Gobierno central.

La salida de José Luis Escrivá del Ministerio de Transformación Digital era esperada en el sector. Su ausencia en el principal evento de la industria que dirigía indicaba ya el camino. Durante su mandato, Escrivá logró el insólito hito de no asistir a ninguno de los encuentros clave con las patronales tecnológicas como Ametic o DigitalES.

Su partida dejó un vacío que, aunque pasó desapercibido para la mayoría de los ciudadanos, fue muy significativo para el sector digital. Nadie, ni siquiera personas de alto rango en el Gobierno presentes en la cita, sabía qué iba a suceder. Mucho menos se conocía el nombre del nuevo titular de la cartera: Óscar López.

Los directivos del sector, siempre en conversaciones informales, señalan que López tiene un perfil muy parecido al de Escrivá: un hombre de partido, sin experiencia ni contactos en la industria tecnológica. Sin embargo, reconocen que su cercanía al presidente Sánchez podría darle al ministerio la relevancia que tanto necesita en la agenda política.

La innovación también reclama su lugar

Si bien el sector digital alza la voz, la situación es aún más urgente en el ecosistema de innovación. Tanto la ministra Diana Morant como la secretaria general Teresa Riesgo aprovecharon su presencia en Santander para destacar la importancia de la I+D+I en la economía española, tanto en el presente como en el futuro.

Morant hizo un llamado al sector privado para que se involucre más en la inversión en I+D, con el objetivo de «convertirnos en un país más resiliente y mejor preparado». Subrayó que «tenemos un amplio margen de mejora en la inversión en I+D, tanto en el ámbito público como privado». En Alemania, por ejemplo, el 70% de esta inversión es privada, mientras que en España es del 50%. «Me gustaría que las empresas se sumen a este plan de transformación e incrementen su inversión para seguir impulsando el cambio», añadió.

La ministra también destacó que «España es el segundo país de Europa que más ha destinado fondos europeos a la I+D» y afirmó que estamos viviendo «el mayor momento de inversión pública en innovación, además del apoyo más significativo a la inversión privada en este campo de nuestra historia».