Gustavo tiene la receta del gazpacho más renombrado de España: producen cerca de 2 millones de litros por semana.
El director de la planta de Alvalle en la Región de Murcia asegura que sus gazpachos se elaboran con productos cultivados «a menos de 200 kilómetros de nuestra fábrica», ubicada en Alcantarilla.
A Gustavo Ramírez nadie le tiene que explicar lo que es un buen gazpacho. Su relación con esta deliciosa mezcla de vegetales comenzó en Burgos cuando era niño, ya que su madre preparaba los fines de semana una mezcla «un tanto especial, con una receta propia», comenta con cariño. Hoy, años después, su pasión por este alimento se refleja cada día en su trabajo como director de la planta de Alvalle en Murcia, situada en Alcantarilla, donde recibe a EL ESPAÑOL.
La pasión de este ingeniero agrónomo por el gazpacho es auténtica. «Cuando preparo pizzas en casa, suelo sustituir el tomate frito por gazpacho», comenta, invitando a los lectores a probarlo alguna vez, mientras se pone su uniforme de trabajo para acompañar a este diario al interior de la fábrica.
«En esta planta, podemos producir alrededor de 200,000 litros de gazpacho al día. En las temporadas de mayor demanda, esta cifra puede llegar a casi 2 millones de litros semanales». Una producción que se realiza «con productos que provienen de menos de 200 kilómetros alrededor de nuestra planta, apostando por la calidad y la recolección manual».
-¿De dónde provienen los productos que utilizan para sus gazpachos?
-Gustavo Ramírez: Llevamos más de tres décadas trabajando con agricultores locales de la Región de Murcia y sus alrededores. Esto nos permite transportar directamente los productos del campo, donde se recogen a mano, a la fábrica. Así, el producto se limpia, se tritura, se convierte en gazpacho y se envasa el mismo día que se recolecta.
En plena crisis del sector agroalimentario debido a la fuerte competencia de los productos importados, Ramírez afirma que Alvalle «marca la diferencia por nuestro compromiso con la Región de Murcia y sus agricultores».
Mientras el ingeniero recorre la fábrica junto a decenas de bateas llenas de pimientos, pepinos, tomates y otras hortalizas, llega a una máquina donde una cinta transportadora tritura y mezcla los ingredientes. Aquí, introduce sus manos en una caja con restos del triturado que no se usan en el producto final, y extrae una mezcla colorida: «Usamos gran parte de las pieles de las hortalizas, pero no podemos utilizarlas todas. Por eso, lo que sobra se envía a un ganadero cercano a nuestra planta».
-¿Cuál es el proceso para crear sus gazpachos?
-Comenzamos con las mejores materias primas, lo cual es fundamental. Para cada receta, necesitamos las cantidades y variedades adecuadas. Cuando las hortalizas llegan a la fábrica, se colocan en una cinta transportadora que inicia el proceso. Primero se limpian los ingredientes, luego se trituran y se mezclan, se añade el aceite, el vinagre… Y al final, ya tenemos nuestro gazpacho triturado y listo para ser envasado, todo dentro de esta planta. Son los mismos pasos que se siguen en casa. Sin embargo, al tratarse de una producción a gran escala, es esencial garantizar la seguridad alimentaria de nuestros productos para nuestros consumidores. Por eso, aplicamos un tratamiento térmico muy suave.
En la planta de Alvalle trabajan «entre 50 y 150 personas, dependiendo de la época del año», explica el ingeniero. El interior huele a vegetales recién cortados, un aroma muy agradable que hace del recorrido por estas instalaciones una experiencia placentera para el olfato.
Con esa mezcla de vegetales como pimientos, ajos, tomates, pepinos y cebollas, Alvalle ofrece una amplia variedad de gazpachos. Gracias a esto, en países como Francia también disfrutan de estos productos ‘Made in Murcia’. Como indica Ramírez, «usamos estos mismos ingredientes para desarrollar una serie de variedades que se exportan a Francia: ‘Gazpacho verde’, ‘Gazpacho de pepino y menta’ y ‘Gazpacho de sandía'».
-¿Cuáles son las diferencias entre los consumidores españoles de gazpacho y los franceses?
-El consumidor francés está más acostumbrado a las sopas, tanto frías como calientes. Por eso, ofrecemos variedades diferentes allí, que tienen el ADN del gazpacho tradicional pero con un sabor único y distinto. En cambio, los consumidores españoles prefieren las variedades más tradicionales. Las opciones más experimentales o innovadoras que ofrecemos en Francia y otros países europeos no tienen tanto éxito aquí. Aun así, nuestro portafolio en España se divide en dos categorías: la tradicional y la más actual. La tradicional incluye ‘Gazpacho Original’, ‘Gazpacho Receta Suave sin pepino’, ‘Salmorejo’ y ‘Ajoblanco’. En cuanto a nuestra propuesta más actual, está la gama ‘Selección de Temporada’, donde seleccionamos las mejores variedades de tomate en cada estación para producir ‘Gazpacho Andaluz’ y ‘Gazpacho Gourmet’. Estos productos están disponibles en los supermercados.
-¿Cuál es su variedad de gazpacho favorita?
-Personalmente, me encanta el ‘Gazpacho Original’, nuestra receta más popular. Tiene ese sabor auténtico, como el casero. Porque, de hecho, eso es lo que buscan los compradores: un gazpacho que se parezca al de casa. Aunque, cuando me siento más exigente, el ‘Gazpacho Gourmet’ que hacemos aquí es una maravilla. Es algo que está un paso más allá, y cuando vienen mis amigos a casa, les preparo unos chupitos de Gourmet que les encanta.
Gustavo Ramírez dirige la planta de Alvalle desde 2019. Esta entidad murciana forma parte de PepsiCo, empresa a la que está vinculado desde hace 22 años. «A lo largo de mi carrera, he trabajado en otras plantas de PepsiCo. Esta de Alvalle, sin duda, tiene algo especial, probablemente ese aura de crear una gama de productos tan cercanos al campo y al agricultor».
Al pasar junto a una pila de bateas, el ingeniero se acerca a unas cajas de tamaño considerablemente menor y saca un tomate. «Estos llegaron esta mañana. Los traemos en cajas más pequeñas para que no se aplasten, ya que son vegetales más delicados».
Una vez que estos tomates se colocan en las cintas transportadoras, su color rojo brillante llama la atención de los visitantes. Esta fábrica es un buen ejemplo de cómo la fusión entre tecnología y naturaleza puede crear cosas asombrosas, como estos gazpachos que se disfrutan más allá de nuestras fronteras.
En este sentido, Ramírez destaca que la fábrica «utiliza únicamente electricidad renovable y cuenta con casi 1,500 placas solares». Una apuesta por la sostenibilidad que abarca todo el proceso de producción de los gazpachos.
-¿Qué otras medidas emplean para hacer el proceso más sostenible?
-En nuestros cultivos, empleamos técnicas agrícolas como la rotación para preservar los nutrientes del suelo y el uso de insectos para el control natural de plagas. También priorizamos el cuidado del agua. De hecho, actualmente usamos solo un vaso de 200 mililitros de agua para lavar 1 kilo de tomates, conscientes de nuestra responsabilidad en una zona con alto riesgo hídrico. Y, por último, nuestras botellas de plástico son 100% reciclables y están hechas de otras botellas recicladas.
Al final de la visita, el director de la planta pasa junto a las cintas que transportan los bricks de gazpacho ya envasado y listo para ser distribuido a los supermercados. Su variedad más popular, el ‘Gazpacho Original’, se vende a un precio que oscila entre los 2,99 y los 3,99 euros por litro, según el supermercado.
Este producto lleva consigo un proceso que, como explica Ramírez, «marca la diferencia: el trato directo con los agricultores, la cuidada producción y la apuesta por la sostenibilidad y, sobre todo, por la Región de Murcia». Por esta razón, el director de esta planta de Alcantarilla menciona que «queremos seguir creciendo mientras mantenemos nuestro compromiso con la calidad y la sostenibilidad».