Ayoub Ghadfa no puede con el invencible Jalolov en la final de boxeo y se lleva la plata en los Juegos Olímpicos.

El boxeador español se rinde por decisión unánime ante el uzbeko, que repite como campeón olímpico tras su victoria en Tokio 2020.

El desafío en París era imponente: un rival de 2,01 metros de altura y más de 92 kilos de peso. A esto se sumaba la carga histórica del boxeo español, que nunca ha logrado un oro en unos Juegos Olímpicos. Ayoub Ghadfa no pudo superar estos obstáculos en Roland Garros, aunque deja su nombre grabado en la historia del deporte olímpico español con una brillante medalla de plata.

Jalolov, serio y determinado desde el principio, llegó a París sin perder un solo combate amateur a tres asaltos desde 2017, y como profesional mantiene un récord perfecto de 14 victorias, todas por nocaut. Era el favorito desde que puso un pie en la capital francesa.

A pesar de la presión, Ayoub se mostró tranquilo, con una sonrisa en el rostro. Comenzó el combate con cautela, midiendo la distancia ante el gigante de más de dos metros. El campeón olímpico en título no solo ganó, sino que lo hizo con contundencia. Jalolov arrancó como un torbellino, llevándose claramente el primer asalto después de conectar varios golpes potentes que hicieron mella en su oponente.

La primera cuenta de protección inclinó la balanza a favor del uzbeko, si es que había alguna duda, desde el inicio. En el segundo asalto, Ayoub entró con más determinación, perdiendo el respeto que impone enfrentarse a uno de los mejores púgiles de la historia. «Respira hondo, lo estás haciendo muy bien», le animaba su equipo desde la esquina.

Ayoub dio un paso al frente, buscando atacar más el cuerpo de Jalolov, quien se mostraba dominante sobre el ring. Aunque el español intentó evitar el temido recto de derecha del uzbeko, dos potentes golpes lo desestabilizaron cuando su movilidad empezó a decaer.

Una plata con sabor a gloria

Ayoub recibió dos cuentas de protección, una a diez segundos del final del primer asalto y otra tras sonar la campana, lo que lo dejó tambaleándose, al borde de la caída. Aunque no cayó al suelo, sus posibilidades de ganar el oro se desvanecieron. La decisión de los jueces fue clara: un 5-0, con uno de ellos otorgando solo ocho puntos al español frente a los diez del uzbeko.

El descanso le permitió a Ayoub recuperar algo de energía, pero no logró encontrar la forma de hacer daño a Jalolov, cuyas rectas al cuerpo no parecieron afectar al físico del uzbeko. Ayoub también perdió el segundo asalto, y en el último, ya con la pelea decidida, avanzó hacia adelante, pero sin asumir riesgos innecesarios en un combate que se le escapó desde el primer asalto.

A pesar de la derrota, el marbellí se va de París con una medalla de plata colgada al cuello, logrando el mejor resultado de un boxeador español en estos Juegos Olímpicos. Ayoub, el chico que sufrió acoso escolar y se inscribió en boxeo para defenderse, es ahora subcampeón olímpico. Con su eterna sonrisa y su determinación, seguro que volverá a intentarlo en Los Ángeles 2028.