La selección femenina de waterpolo hace historia al conquistar el oro en los Juegos Olímpicos de París.

Las jugadoras de Miki Oca lograron una victoria decisiva en la final contra Australia (9-11), coronando un torneo impecable y subiendo al podio por primera vez como campeonas olímpicas.

El maleficio ha sido roto. La selección española de waterpolo femenino finalmente se encuentra en la cima del podio, y con orgullo pueden llamarse campeonas olímpicas. El oro cuelga del cuello de estas heroínas que, por primera vez en la historia, han superado la barrera de la plata para convertirse en las mejores del mundo.

Ni la presión ni el imponente escenario pudieron con España. Tampoco el peso de la historia. Aunque Australia se perfilaba como el último escollo hacia el preciado metal dorado, no fue suficiente para frenar a las españolas.

La demostración de fuerza en la final fue el broche de oro a un torneo casi perfecto. A medida que avanzaban los Juegos Olímpicos, el equipo nacional mostraba una creciente solidez, y tras superar el momento crítico de las semifinales contra Países Bajos en los penaltis, el destino no podía ser otro que alcanzar el primer oro de su historia.

Australia empezó liderando el marcador, una clara señal de que la final no iba a ser un paseo. Sin embargo, este equipo tiene una fe inquebrantable en su trabajo y en su capacidad, algo que quedó reflejado en el agua.

Pronto, el marcador se dio vuelta, mostrando un 2-1 favorable a España. Los goles de Paula Leiton y Elena Barril cambiaron la dinámica del partido, aunque Australia logró empatar en el último segundo del primer cuarto, cuando parecía que España se llevaría ese parcial.

El desarrollo del partido fue distinto a lo vivido en las semifinales y cuartos de final. Aunque España había demostrado una capacidad anotadora asombrosa, este encuentro fue mucho más ajustado. No por la solidez defensiva de ambos equipos, sino por la cantidad de errores no forzados y la poca efectividad en las superioridades numéricas.

El segundo cuarto arrancó con dos paradas espectaculares de Martina Terré. La portera española detuvo dos ataques consecutivos de Australia, y su esfuerzo fue recompensado cuando Maica García volvió a poner a España por delante. Fue el único gol del parcial, una prueba de lo complicado que fue para ambos equipos concretar sus jugadas.

España se adelantó de manera prometedora al inicio del tercer cuarto. Dos goles seguidos de Bea Ortiz elevaron el marcador a 2-5, otorgando a las españolas una ventaja de tres goles que amenazaba con decidir el partido. Aunque Australia intentó resistir, un tercer gol de Bea Ortiz frenó sus aspiraciones, y el equipo de Miki Oca entró al último cuarto con todo a su favor, solo quedaba sellar la victoria.

Lejos de sentir presión, el último cuarto se convirtió en una celebración para España. Hubo un momento de incertidumbre cuando Australia se acercó a un solo gol, pero las españolas reaccionaron con una determinación impresionante que las llevó al oro.

Bea Ortiz, Maica García y Anni Espar llevaron el marcador a un definitivo 7-11, dejando a Australia sin posibilidad de remontar, a pesar de que aún quedaban casi 3 minutos en el reloj. Australia tuvo un último intento por mejorar el resultado, pero España ya estaba celebrando.

Al final del partido, la fiesta estalló en el agua de manera inevitable. No era para menos. Por primera vez, la selección femenina se colgaba el oro, rompiendo finalmente la barrera de la plata. Ahora, el camino está abierto para los próximos Juegos.